sábado, 9 de mayo de 2009

Derrota en la Victoria


Recorrí extrañas llanuras
a las que nunca me encaminé
llegando a extraños senderos
que nunca encontrar pensé.

Gritar no era una salida
callada por el intenso dolor
sabía que nada me quedaba
salvo correr lejos y veloz.

Rápida como el viento era
el corazón y el alma por temor
sin embargo él era más rápido
y no pude huir del intenso dolor.

Las palabras salían de mis labios
sin emitir ningún clamor
más nadie sentía mi urgencia
de huir sin más dilación.

Las lágrimas secas en mis ojos
morían antes de nacer
al estar ofuscada y con rabia
ya sólo quería fenecer.

Espíritu entre tinieblas
que no llega al saber
tenía miedo de todo
y a nadie podía creer

Libre de toda atadura
sin nadie a quien querer
vencí todos mis deseos
ya sólo me queda perder.

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